martes, 22 de diciembre de 2015

ESTA MÚSICA

Tú me dices el mar en esta música.
Sin descifrar el humo, ni las señas,
me inclinas al salitre,
la tentación del baño,
los arcángeles,
besarte bajo el agua y anudar
otra vez el olvido y la sentencia
de amar entre los nombres la hermosura.


NOCIÓN DEL AGUA

Entre la espiga de la noche
el corazón resuelve en música
toda la estela de los nombres
que la memoria dibujaba,
Mas cuando suenan otras voces,
la luz se vierte en las palabras
y en soledad buscan el norte
para empezar otro concierto.


LA PIEDRA Y LA MEMORIA

La voz de la memoria nos redime del pozo
donde las piedras caen junto al silencio espeso.
Su timbre nos recuerda que también fuimos piedras
que en el pozo vivieron haciéndose silencio.
Vivir es un estado de voz en la memoria
y la vida es un acto que el pozo me recuerda.
Deja elegir su música pero impone su eco:
el de la piedra oscura y la memoria blanca.

José Ramón Ripoll

martes, 20 de octubre de 2015

A continuación pongo el enlace de una lista de reproducción formada por un pequeño recopilatorio de obras musicales compuestas por mí. Espero que sean de vuestro agrado.


martes, 8 de septiembre de 2015

Pierre Boulez nos habla en este documental de la forma, principalmente de la música del siglo XX.



domingo, 21 de junio de 2015

Día Internacional de la Música


El 21 de junio es el Día Internacional de la Música. Y nada mejor que festejar este día que con la Sinfonía nº 9 en re menor, op. 125 ("Coral") de Ludwig van Beethoven. Fue estrenada en Viena el 7 de mayo de 1824 y es una sinfonía inusual ya que su último movimiento es un coral cuyo texto es una adaptación realizada por el propio Beethoven del poema Oda a la alegría de Friedrich Schiller. Como dato curioso, parte del último movimiento de la novena sinfonía es utilizado como himno de la Unión Europea. 
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¡Oh amigos, cesad esos ásperos cantos!
¡Entonemos otros más agradables y
llenos de alegría!
Alegría, alegría!
¡Alegría, bella chispa divina,
hija del Elíseo!
¡Penetramos ardientes de embriaguez,
¡Oh celeste, en tu santuario!
Tus encantos atan los lazos
que la rígida moda rompiera;
y todos los hombres serán hermanos
bajo tus alas bienhechoras.
Quien logró el golpe de suerte,
de ser el amigo de un amigo.
Quien ha conquistado una noble mujer
¡Que una su júbilo al nuestro!
¡Sí! que venga aquel que en la Tierra
pueda llamar suya siquiera un alma.
Pero quien jamás lo ha podido,
¡que se aparte llorando de nuestro grupo!
Se derrama la alegría para los seres
por todos los senos de la Naturaleza.
todos los buenos, todos los malos,
siguen su camino de rosas.
Ella nos dio los besos y la vid,
y un amigo probado hasta la muerte;
Al gusanillo fue dada la Voluptuosidad
y el querubín está ante Dios.
Alegres como vuelan sus soles,
A través de la espléndida bóveda celeste,
Corred, hermanos, seguid vuestra ruta
Alegres, como el héroe hacia la victoria.
¡Abrazaos Millones de seres!
¡Este beso al mundo entero!
Hermanos, sobre la bóveda estrellada
Debe habitar un Padre amante.
¿Os prosternáis, Millones de seres?
¿Mundo presientes al Creador?
Búscalo por encima de las estrellas!
¡Allí debe estar su morada!

lunes, 27 de abril de 2015

En este excelente documental Pierre Boulez, célebre compositor y director de orquesta, reflexiona acerca del parámetro "tono" en el contexto del siglo XX.

martes, 10 de febrero de 2015

ANTON WEBERN: EL CAMINO HACIA LA COMPOSICIÓN DODECAFÓNICA

VI

Antes de que supiéramos nada de esta ley, ya la estábamos obedeciendo. De ello se infiere que la misma surgió de un modo absolutamente natural. Ya no existe la tónica. Cada uno de los doce sonidos tiene el mismo derecho. Si alguno de ellos se repitiera antes de que hayan aparecido los otros once, tendría cierta prerrogativa. Los doce sonidos, dispuestos en una determinada serie, forman la base para toda la composición. La composición con doce sonidos no es un "sustitutivo de la tonalidad", sino que le da continuidad a esta última.
Los grandes maestros de la música siempre se empeñaron en expresar la unidad de la manera más clara posible. Un medio para logarlo era la tonalidad. Otro lo proporcionaba la polifonía. Una de las primeras piezas polifónicas conservadas es un canon, un famoso canon inglés del siglo XIII. ¿Qué es un canon? Una pieza musical en la cual hay muchas voces que cantan lo mismo, sólo que lo hacen en momentos diferentes, y a veces, también, con un orden distinto (canon retrógrado, canon a espejo). La cima más gloriosa de la música polifónica es la fuga, que se basaba en el tema fugado (respuesta, estrechos, etc.). ¿Y por qué volver a lo mismo? ¡En el fondo, era lo mismo pero a la vez diferente! Con la música homofónica llega la unidad temática, pero, en realidad, la fuga, en sí misma, ya es temática. Entonces surge algo muy curioso: pronto se intentó crear cierta coherencia temática entre el acompañamiento y la voz principal. Vemos entonces un rasgo salido absolutamente de la música homofónica que regresa a la polifónica, un esfuerzo por dar profundidad a la unidad y hacer más clara.
Un ejemplo: las Seis variaciones fáciles sobre una canción suiza de Beethoven. El tema es do-fa-sol-la-fa-do-sol-fa, y luego... ¡una retrogradación! Ustedes no lo notarían si alguien lo tocase, y quizás eso sea importante, pero es unidad.
Luego se produce una nueva evolución de la unidad en Brahms, Mahler, Schönberg. En el primer cuarteto de cuerdas de Schönberg (en re menor) ¡la figura acompañante es temática! Ese empeño por alcanzar la unidad, por establecer relaciones, lleva por sí mismo a una forma que los clásicos cultivaron con frecuencia y que cobra mayor importancia, en realidad, con Beethoven: la variación. Se presenta un tema y éste se varía. Así, la variación es una antecesora de la composición con doce sonidos. Por ejemplo, en el último movimiento de la Novena Sinfonía de Beethoven, el tema a una sola voz; todo lo que le sigue se deriva de esa idea, que la forma primigenia. Sucede algo inaudito, ¡y, sin embargo, es siempre lo mismo!
Ahora pueden ver adónde quiero llegar. Como en Urpflanze, la "planta primigenia" de Goethe, la raíz no es en realidad algo diferente del tallo, y el tallo no es otra cosa distinta de la hoja, y la hoja, a su vez, no es diferente de la flor. Son variaciones la misma idea.

                                                                                    19 de febrero de 1932

Anton Webern: El camino hacia la composición dodecafónica